Un joven estudiante de doctorado pierde su empleo en la Universidad y se instala junto a su pareja en un país extranjero. A partir de ese momento se inicia para él un viaje existencial en el que priman la soledad, el desarraigo y el desaliento. Incapaz de aprender el idioma del país en el que vive, presa del desamor y de la impotencia, malgasta su tiempo paseando por una ciudad que paulatinamente se desvela ante sus ojos. Tras un acontecimiento inesperado conoce a Frédéric y a Éric, pálidos reflejos de sí mismo, con quienes inicia una nueva actividad profesional no exenta de riesgos, y que en poco tiempo se convierten en sus más fieles compañeros de viaje. Símbolo de una generación perdida que busca sus señas de identidad más allá de los vínculos laborales y familiares, encarnación del joven académicamente preparado que no encuentra acomodo en el mundo que le ha tocado vivir, el protagonista de esta novela narra en primera persona, con un lenguaje directo y descarnado, las amarguras y desengaños que cotidianamente experimentan los expatriados en cualquier parte del mundo.