18 July 2023

Colección Ciencia y Divulgación

Colección dirigida por Francisco J. Tapiador, catedrático de la Universidad de Castilla-La Mancha.

Libros de ciencia y de divulgación científica de autores contemporáneos que combinan el rigor con una prosa excelente, lo que los convierte en obras únicas. Abierta a todos los campos científicos, los libros se someten a una revisión por pares por parte de expertos en cada disciplina. 

Normas de envío de originales

Los manuscritos se deben enviar por correo-e a tapiador@editorialrenacimiento.com

Extensión de los libros de divulgación: alrededor de 200.000 caracteres, contando espacios.

Extensión de los libros de ciencia: sin límite.

Los manuscritos se enviarán en PDF. No es necesario realizar ningún tipo de maquetación ni de formato previo, aunque la bibliografía ha de ser consistente y el texto ha de ser agradable de leer. Si el texto incluyera fórmulas o ecuaciones se recomienda que hayan sido generadas en Latex.

Se ha de adjuntar, en un fichero PDF aparte, una pequeña reseña biográfica del autor, escrita en un formato apropiado para la contracubierta del libro. A modo de ejemplo:

 Francisco J. Tapiador es catedrático de Física en la Universidad de Castilla-La Mancha. Doctor en Física de la Atmósfera, ha sido investigador invitado en las universidades de Cambridge, Mannheim, París, Oklahoma, Colorado y en el JPL (NASA/Caltech). Fue research fellow en la Universidad de Birmingham durante tres años. Ha sido miembro del equipo científico internacional de la misión GPM de la NASA desde el año 2009 y del equipo científico de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pieonchang 2018. Vicepresidente Grupo Especializado de Física de la Atmósfera y del Océano de la Real Sociedad Española de Física (RSEF), ha sido decano durante nueve años de la Facultad de Ciencias Ambientales y Bioquímica de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), en donde ahora da clases de Física y de Cambio Climático. Ha sido también miembro de la comisión que diseñó el Grado de Física de la UCLM. Su investigación en Física se ha centrado en el estudio de la precipitación y de las nubes utilizando satélites y modelos. Licenciado en Filosofía y Letras (especialidad Geografía e Historia), ha publicado cuatro novelas, tres poemarios y tres ensayos. Es editor asociado de la prestigiosa revista Atmospheric Research, publicada por Elsevier.

La evaluación sigue el sistema de doble ciego: el manuscrito se somete a unos revisores anónimos que no saben quién es el autor. El director y la editorial aseguran la estricta confidencialidad del proceso.

Así pues, se deben remitir dos archivos PDF: uno con el manuscrito en el que no figure el nombre del autor, y otro con la reseña, en la que se indique el título del manuscrito y la biografía breve del autor.

Los libros de esta colección se publican sólo en papel. La edición, como todos los libros de la casa, es muy cuidada. La prosa ha de superar un estándar de calidad y seguir la norma culta del castellano. Se debe escribir claro, con estilo pero con vocación de hacerse entender por un público que exige no solo rigor científico sino también prosa de calidad.

Con relación a las características propias del lenguaje en los textos científicos y técnicos, se recomienda tener en cuenta las recogidas en los libros de lengua española de bachillerato. En este enlace se recogen los elementos básicos.

La colección está abierta a todos los científicos, independientemente de su nacionalidad o de su posición académica, desde investigadores en formación y profesores ayudantes a catedráticos. Se anima a los científicos jóvenes o en etapas iniciales de sus carreras a enviar sus manuscritos. 

La editorial acusará recibo de los envíos. El proceso editorial es el habitual de las publicaciones científicas. Antes de tres meses, el director de la colección enviará una respuesta al autor basada en su propio criterio y en los comentarios realizados por expertos en el campo. Esta puede ser aceptación, correcciones mayores, correcciones menores, o rechazo. La decisión del director es definitiva, y no se establecerá correspondencia al respecto. Una vez que un texto ha sido aceptado por el director, el manuscrito pasa a la fase de edición y producción editorial dentro de Renacimiento, que propondrá al autor el correspondiente contrato de edición.

 

El lenguaje en los textos científicos y técnicos. Elementos básicos

 La lengua de los textos científicos es una lengua especial. Se diferencia de la común en varios aspectos. En primer lugar, en tener una terminología propia. Los términos científicos tienen un significado preciso e inequívoco. Después, hay una serie de exigencias gramaticales y semánticas, entre las que destacan:

  • Claridad extrema en la exposición. Las frases no pueden ser, en ningún caso, ambiguas ni sujetas a varias interpretaciones.
  • Monosemia. Los tecnicismos han tener un único significado, y corresponderse con el aceptado en su campo de conocimiento.
  • Corrección y propiedad. El rigor del contenido es muy importante en ciencia, pero también la forma. Las palabras que no sean tecnicismos han de emplearse en la acepción corriente del diccionario. Los autores deben asegurarse de que conocen el significado exacto de las palabras. Así por ejemplo, detentar un cargo no es lo mismo que ostentarlo o que disfrutarlo.  
  • Elegancia. La lectura de un buen texto científico ha de poder disfrutarse. Los grandes científicos no solo presentaban ideas nuevas, sino que escribían bien. Un texto mal escrito, poco organizado, farragoso o que repita ideas ya expuestas no cumple bien su función comunicativa.
  • Sencillez. El texto ha de estar formado por frases sencillas que se sigan unas a otras. Cada párrafo ha de expresar una idea. La sencillez no está reñida con la elegancia. Se puede escribir extraordinariamente bien con frases cortas en modo enunciativo afirmativo.
  • El lenguaje científico permite la repetición. En este ámbito no es un defecto repetir la misma palabra a lo largo de las oraciones, como lo sería en novela. En esta lengua especial es más importante asegurar la precisión y la claridad. No es necesario afanarse en la búsqueda de sinónimos, y menos inventar alternativas que pueden llegar a ser estrafalarias. Se agradece, no obstante, la variedad cuando sea posible. Así por ejemplo, para no repetir «Epicuro» se puede emplear «el samita», «el filósofo», «el griego» o «nuestro autor». Pero si el texto habla de las proteínas, no se considera un descuido ni falta de calidad literaria ceñirse a ese mismo término a lo largo de párrafos y párrafos.

Ante todo, un texto científico ha de ser claro. Los científicos no han de esforzarse, en absoluto, por sonar literarios, ni aparentar erudición o dominio del lenguaje. La tendencia a complicar la expresión o forzar un estilo personal es un grave error. Debe primar la sencillez y la claridad.

Para los textos de divulgación se recomienda evitar las frases de más de 30 palabras, así como la encadenación de subordinadas cuando no sea imprescindible.